domingo, 8 de noviembre de 2009

1808 a la vuelta de la esquina...

No es una frase filosófica ni mucho menos, es totalmente literal.

El 1808 esta para ser exactos en la esquina de Cesario Alierta y la calle donde vive Adolfo, justo en la esquina no hay pierde, una vez dentro notas la mezcla entre la modernidad de las pantallas de plasma, dispensadores de cerveza en las mesas con marcador de consumo, con el toque de taberna tradicional que le dan al lugar todos los detalles y adornos que tienen, que seguro fueron hechos meses antes de la apertura con la intención de fingir que son mas antiguos que el muro romano.

El nombre 1808 es un misterio, pero tengo varias teorías, podría tener relación directa y matemática con el numero de persona que vienen a comer y tomar cañas diariamente, podría tener relación con el primero de los sitios de Zaragoza cuando españoles, italianos y franceses lucharon hace unos años por ver quien construía el tranvía, la expo y el trasvases del Ebro, porque seguro que la dirección no es ya que si fuera Cesario Alierta 1808 seguro que estaría en Utebo y podríamos encontrar ahi perdida de borracha a Belén.

Hay que tener cuidado de posarse bajo el campanario y sucumbir a la tentación de hacer ruido, ya que según la tradición milenaria desde que se abrió el bar y como lo indica el letrero "aquel osado que toque la dorada campanita tendrá que invitar copas a todos los despabilados que hayan levantado la mano".

La comida es muy buen, los platos, las tapas que tiene, de primera entre el chorizo y la chistorra, las croquetas de espinaca, las que tienen espárragos ó vienen con gambas, en fin... por surtido no pararemos y eso que no hablo de la otra mitad de tapas que como traen pescaditos y cosas exóticas marinas y muertas que a mi visualmente no me apetecen y prefiero omitir. Para los que son mas valientes de estomago vació hay tabla que es mas larga que lo largo y mas llena que lo vació de un surtido de cosas que matan cualquier hambruna y la tripa se regocija de felicidad nada mas con verla llegar.

Este lugar es redondo porque además de todo lo mencionado el servicio... BOAAAA como dicen aquí, una pasada de lo mejor que me he encontrado y miren que soy quisquilloso acostumbrado al buen trato de mis paisanos. Para cerrar con broche de oro me gustaría comentar que esta orquesta de instrumentos gastronómicos solo podría ser magistralmenta dirigida... por un Alfredo.

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