sábado, 17 de enero de 2009

Subcampeon de Europa!!!


No hay fecha que no se cumpla, ni deuda que no se pague. A la cita asistían Ricky Martín Gitano (el agitador de Javier), este personaje que llevaba meses agitando el nido de avispas, levantando desafíos automovilístico, ya que se decía un as del volante, se veía como la reencarnación de Fernando Alonso pero de Salamanca. La cita era a las 10:15 el jueves 27 de enero, aprovechando a San Valero. Para no variar llego tarde el impuntual del chofer de origen madrileño hasta que en abril cambie a Penedés su dominación de origen y algo mas... Una vez ajustado el GPS nos dirigimos con toda seguridad a la muela, donde encontramos el autódromo que seria el testigo de una tradición automovilística que estaba por nacer.

Diluíamos los nervios con jugo de naranja y coca cola mientras mirábamos a los demás competidores desde el padock. Al mismo tiempo firmábamos las cláusulas que librarían a la administración de la pista de cualquier responsabilidad económica por la deformación, destrucción o pérdida de cualquiera de nuestras partes corporales.

Llego el momento de la verdad se escuchaba en los altavoces: "pilotos a sus maquinas", se abrió la puerta, como si fuera en cámara lenta, poco a poco los pilotos bajaban la escalera hacia los pits, se percibía un olor a caucho quemado y etanol. Después de recibir el equipo de seguridad que consistía en una cofia de ayudante de lavaplatos y un casco, así como las instrucciones por el personal capacitado "no choquen y si chocan y salen llamas... corran", los pilotos se dirigieron a sus autos a cumplir la cita que meses atrás tenían con el destino.

La carrera por la pole position la gana Javier, yo en segundo lugar y el nuevo catalán empezaba de último. La carrera iniciaba a la hora citada, los equipos listos, los autos en parrilla, los neumaticos en su punto, los tanque llenos, los nervios de punta mientras pisábamos el freno y el acelerador al mismo tiempo hasta que dieron el banderazo de salida que consistía en un tipo sacudiendo su gorra. La carrera comenzaba se sentia la tensión en el aire, se notaba y la presión se empezó a hacer estragos en la conduccion del joven e inexperto conductor sufría para controlar su auto, llego el momento la intensa persecución lo hizo cometer el error fatal que le costo el primer lugar que cambiaria hasta el final de la carrera por el ULTIMOOOO. Tome la primera posición que mantuve por algunas vueltas hasta que se noto la discriminación por ser una minoría y para mantener el decoro español después de un complot en mi contra descubrí que mi vehiculo no era el mas veloz... había sido arreglado para fallar en las ultimas vueltas donde me vi rebasado y delegado al segundo lugar, por si fuera justo antes de volver a alcanzar por destreza, técnica y valor al primer lugar, recibí varios impactos "accidentales" que me retrasaron de esta manera terminado la carrera en segundo lugar.

Ahora falta esperar el siguiente serial kart en pista descubierta donde si existe la justicia y no hay complots por parte del estado español(Salamanca-Madrid) se disfrutara de otro tipo de carrera apartidista, donde la igualdad y no la corrupción serán los invitados de honor, por el bien automovilístico.

1 comentario:

Fernando Díaz | elsituacionista dijo...

¡Cuánta falsedad! Tu rencor de segundón te delata.

A ver, tu kart no corría menos que el mío. Simplemente en la curva que te pasé cometiste el grave error de no tapar su interior. Y por ahí, ese rayo azulón que ni acertaste a ver, pasé yo. Luego, intentaste darme caza. Pero como tú mismo reconociste, casi te sales del circuito y tuviste miedo de que el tercero te pasara. Ese miedo a quedar último te hizo levantar el pie del acelerador.

Yo iba mejor en la segunda parte del circuito, eso es un hecho reconocido por el público enfervorizado que me jaleaba en aquella zona. Tanto en los entrenos como en la carrera, aquella parte era la mía y yo lo sabía. Por eso me dediqué a contenerte en la zona que peor se me daba y a pisar el acelerador -que si no te acuerdas era el pedal derecho- en la última parte del circuito.

Un gran campeón para una gran carrera.